En golpear con la mano o con cualquier objeto que sirva para ello las nalgas de la pareja. En eso consiste el spanking. De él, de cómo se practica, de los instrumentos que nos pueden servir para llevarlo a la práctica y de las prevenciones que deben tomarse al usar el azote vamos a hablar en este artículo.
Los azotes en el culo son una de las prácticas más habituales del universo BDSM pero no son exclusivos de él. Una pareja "vainilla" puede tranquilamente introducirlo de forma más o menos regular en su relación sexual. Imagina a una pareja practicando la postura del perrito. Son numerosas las ocasiones en las que el cachete en las nalgas acompaña a esta práctica sexual.
En muchas ocasiones, el spanking forma parte de los juegos sexuales previos. Alternarlo con la estimulación oral o anal es una buena forma de introducir un plus de calor en la relación sexual.
La fisiología nos sirve para explicar por qué esta práctica puede resultar muy placentera para algunas personas. Al dar un cachete en las nalgas, lo que estamos provocando es que el flujo sanguíneo se concentre en ellas y en las zonas corporales más cercanas o, lo que es lo mismo, en los genitales. Al incrementarse el flujo sanguíneo, dichas zonas se vuelven más sensibles, lo que hace que la excitación sexual aumente.
Por otro lado, el incremento de la excitación sexual incrementa la tolerancia al dolor y, por tanto, permite cachetes en el culo más intensos. En cualquier caso, la intensidad del golpeo debe ser pactada en todo momento por ambas partes. Las prácticas BDSM, al fin y al cabo, no son prácticas de maltrato, y el consenso en ellas es fundamental.
Las nalgadas o golpes en los glúteos con intención erótica pueden darse con la mano o, si se desea un poco más de sofisticación, con algún tipo de instrumento. La inclusión en la práctica del spanking de algún tipo de implemento o juguete sexual, bien sea de carácter casero, bien comprado en un sex shop físico u online, acostumbra a implicar la asunción de un juego D/s. En estos juegos, una de las partes (la que golpea o castiga) adopta el rol Dominante y la otra (la que recibe los golpes o es castigada) el rol sumiso.
Entre los instrumentos para practicar el spanking podemos destacar los siguientes:
La zona de las nalgas es una zona muy "agradecida" para el golpeo controlado. ¿Por qué? Porque es una zona muscularmente resistente y porque los glúteos no protegen ningún órgano vital. Eso no quiere decir que puedan golpearse de cualquier manera. Los azotes en el culo puede llegar a ser muy dolorosos. Y unos glúteos dañados pueden impedirnos durante varios días el simple hecho de sentarnos.
Para evitar lesiones o dolores demasiado intensos al practicar las nalgadas debemos dominar la técnica de su aplicación.
Una buena manera de aprender es dedicar un tiempo previo a completar vídeos de nalgadas. Si tecleamos spanking tube o spanking vídeos en nuestro buscador de internet podremos acceder a un sinfín de grabaciones en las que se contemplan escenas en las que se practica este tipo de juegos.
Más allá de eso, sin embargo, y si queremos practicar spanking de una forma segura, debemos tener en cuenta los siguientes consejos:
Finalmente, hay que estar siempre pendiente de las reacciones de quien recibe los azotes y, por supuesto, poner fin a los mismos si la persona azotada así lo solicitara. Cualquier juego BDSM debe ser en todo momento un juego consensuado y seguro.