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La novela erótica

Literatura erótica: los libros más famosos de la historia

Para muchas personas, la literatura erótica nació con las novelas que forman la saga iniciada por 50 sombras de Grey, la famosa obra de la escritora británica E.L. James. Todas esas personas están equivocadas. La literatura de contenido erótico es casi tan vieja como el mundo y si no ha tenido más presencia a lo largo de los siglos ha sido debido al efecto que sobre ella ha tenido una palabra demoledora: censura.

El erotismo, siempre ligado a nuestra cultura, ha servido de temática e inspiración para la creación artística. Si echamos una ojeada al pasado, veremos muchas esculturas, pinturas y, por supuesto, muchos libros eróticos.

Uno de los ejemplos más antiguos que podemos encontrar de este tipo de literatura lo encontramos en el Antiguo Egipto. Fue allí donde se escribió el llamado papiro erótico de Turín. ¿Por qué de Turín? Porque es en el Museo Egipcio de esta ciudad italiana donde se expone y conserva este documento. El papiro de Turín no forma parte de un corpus histórico de novelas eróticas (en él no se narra historia alguna) pero no podemos obviarlo en esta breve historia ya que nos muestra, como si fuera un tratado, un amplio abanico de posturas sexuales.

Cuentos eróticos

Orígenes de la literatura erótica

Muchos expertos en este tipo de literatura sostienen que el origen de la misma hay que buscarlo en la Antigua Grecia. Fue allí, alrededor del año 400 a.C., cuando Aristófanes, uno de los más famosos dramaturgos, escribió Lisístrata.

Lisístrata está considerada la primera obra en la que el erotismo y, con él, el sexo, influye directamente en el desarrollo de la trama. ¿De qué trata ésta? De cómo las mujeres atenienses, encabezadas por Lisístrata, deciden hacer una "huelga sexual" y privar a sus maridos de su ración rutinaria de sexo. ¿Qué pretenden con ello? Acelerar el fin de una guerra que ya duraba demasiado y que estaba causando grandes dolores a la población.

Junto a Aristófenes, el poeta satírico Sótades es otro de los autores cuyo nombre no debe olvidarse cuando hablamos de autores de libros eróticos en Grecia. Los versos obscenos de Sótades fueron muy famosos en su tiempo e incluso llegaron a costarle la cárcel.

Entre todo lo escrito por Sótades hay que destacar Los diálogos de las cortesanas. Este libro llegó a considerarse en su día pura pornografía. En este lectura erótica apareció, por vez primera, el término lesbianismo. Sótades ya lo introdujo en él para referirse a la homosexualidad femenina.

Los romanos, tan parecidos a los griegos culturalmente hablando, también dejaron varios títulos para la historia de la literatura erótica. Autores como Catulo, Marcial, Plauto o Juvenal dejaron para el mañana algún que otro fragmento u obra reseñable. A ellas podemos sumar los llamados priapeos, unos poemas intensamente eróticos (por no decir obscenos) dedicados al dios Príapo.

El asno de oro, de Apuleyo; El arte de amar, de Ovidio y El Satiricón, de Petronio; son tres obras que podrían considerarse propias de la literatura erótica.

No se puede hablar de este género en la Antigüedad sin hacer referencia a los países orientales y, también, a los que formaban parte del Islam. En China, por ejemplo, podemos encontrar manuales didácticos sobre la práctica sexual. En la India, por su parte, destaca por encima de todos el Kama Sutra. Este libro erótico es famoso en el mundo entero. Hay mucha gente que piensa que es un manual de posturas eróticas, pero es mucho más: es todo un compendio especializado en las artes amatorias que reúne un buen puñado de técnicas y de consejos.

Por su parte, en los países que formaban parte de la cultura musulmana encontramos tres títulos capitales: el Ananga Ranga, El jardín perfumado y Las mil y una noches.

Origen literatura erótica

Novelas eróticas de la Edad Media y Moderna

Antes hemos citado la importancia de la censura en la evolución de este tipo de literatura. Hay un momento histórico en que la influencia de este factor se hace capital: la Edad Media. Durante el tiempo que duró, la Iglesia convirtió el sexo en pecado y condenó al erotismo a las catacumbas.

El erotismo apenas se entreveía en las obras propias de lo que se ha llamado "el amor cortés" y se reflejaba de forma muy tímida en obras como las de Chrétien de Troyes o en la Divina Comedia de Dante.

Sería el Renacimiento el que trajera un renacimiento de la literatura erótica. Para ello tuvo que llegar Bocaccio y escribir su Decamerón. La irreverencia de algunos de los cuentos eróticos escritos en él hizo que esta obra fuera prohibida en muchos países. Algunos siglos después, ya en el siglo XX, en países como Inglaterra o Estados Unidos se ordenó su destrucción.

Si hay un país que, llegada la Edad Moderna, se convirtió en productora y consumidora de literatura erótica, ese país es Francia. Autores como Margarita de Navarra, Antoine de la Sale, Rabelais, o Pierre de Ronsard, por ejemplo, dieron especial empuje a este tipo de literatura.

También se la dio Pierre de Brantôme. Este autor habla en sus obras de cunnilingus, de prácticas lésbicas y de ciertas formas de sadomasoquismo. Muchos autores han visto en la obra de este escritor el que iba a ser autor de algunas de las más famosas novelas eróticas de toda la historia: el Marqués de Sade.

Al siempre escandaloso y siempre libertino e irreverente Marqués de Sade hay que asignarle la autoría de obras cumbres de la literatura erótica como pueden ser 120 días de Sodoma o Justine.

Inglaterra, para no ser menos que Francia, también incubó sus propios autores de obras de este tipo. John Cleland, con su novela Fanny Hill, sería una de sus inmortales aportaciones. No en vano, la citada obra es una de las novelas eróticas más famosas de la historia.

El peso de la hipocritona moral victoriana inglesa hizo que fueran muchas las obras que tuvieran que circular de mano en mano de forma clandestina. Para protegerse, muchos autores renunciaban al derecho de firmas sus obras y éstas circulaban de forma anónima. De entre todos los nombres de autores de aquellas obritas nos han llegado el de James Berttram y el de George Cannon.

Novela erótica

Libros eróticos en los siglos XIX y XX

El XIX es el siglo por excelencia del romanticismo. Entre la gran producción literaria publicada en todo el mundo (y en especial en el continente europeo) no podían faltar los libros eróticos románticos. Como decíamos al inicio del artículo, E.L. James no ha inventado este tipo de narrativa.

Entre los libros editados en el siglo XIX cabe destacar La Venus de las pieles. Su autor, Leopold von Sacher-Masoch, está en el origen del término "masoquismo". El BDSM, igual que sucedía en las obras de Sade, está presente en toda la novela. También lo está el Bondage, la atadura, la sumisión e incluso los azotes. Esta novela, no obstante, no deja de ser en ningún momento una historia romántica pues es, también, la historia de una pasión amorosa.

Ya entrados en el siglo XX, podemos encontrar diversas obras cumbres de la literatura erótica de todos los tiempos. Entre ellas podemos destacar las siguientes:

  • El amante de Lady Chatterley, de D.H.Lawrence.
  • La historia del ojo, de Georges Bataille.
  • Historia de O, de Pauline Réage.
  • Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio, de Henry Miller.
  • Delta de Venus y Diarios, de Anaïs Nin.

En los últimos años también también cabe destacar la publicación de la obra epistolar La pasión de Mademoiselle S, de autor desconocido.

Hablar de literatura erótica en el siglo XXI es hablar de un género efervescente. Son muchas las autoras que se han lanzado a escribir novelas de esta temática. Melissa Paranello, por ejemplo, con su obra Los cien golpes es una de ellas. Valérie Tasso, con su Diario de una ninfómana, otra.

El amante de la narrativa erótica, así, está de buena suerta. El material que tiene a su disposición es mucho. Incluso se puede conseguir por internet. Basta con clicar libros eróticos PDF en el buscador para acceder a muchos de ellos. Los que hemos nombrado aquí figuran, sin duda, entre los imprescindibles del género.

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