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Fantasías de clientes de escorts

Fantasías que se pueden hacer realidad

No hay dos clientes de escorts iguales. Cada hombre que decide contratar los servicios de una señorita de compañía de lujo tiene sus propias fantasías y sus propios sueños por cumplir. Las trabajadoras del sexo lo saben. Como grandes conocedoras de las debilidades humanas que son, las prostitutas saben que cada hombre, llegada la hora de follar, puede desear algo que a otros hombres puede sonarles a raro. Por ejemplo: que la mujer y él intercambien papeles. O sea: que sea la chica quien penetre al hombre y no al revés.

Lo que para muchos hombres puede parecer un insalvable tabú (el ser penetrados analmente), para otros es una práctica sexual muy soñada y solicitada, siempre que quien realice la penetración sea del sexo femenino.

Entre las fantasías que un cliente puede pedir a una puta figura la de que ella lo convierta, de alguna manera, en su putita. Para ello, la escort se pone un arnés y, armada con un dildo o un vibrador, penetra analmente a su cliente. Dicho en plata: se lo folla por el culo con lo que en el mundillo de lo erótico se conoce como strap-on.

Hay hombres, no necesariamente homosexuales, que piden hacer realidad esta fantasía. ¿Por qué? Porque visualizan el pegging (así es como se llama esta práctica sexual) como una forma de humillación. Aunque pueda sorprender, son muchos los hombres bien situados económicamente y con cargos de responsabilidad que piden este servicio. Lo que se esconde detrás de dicha petición, apuntan los psicólogos, es una necesidad por parte del cliente de la prostitución de autobajarse los humos, de moderarse el ego. "¿Ves, guapetón?", parecen decirse a sí mismos, "no eres tanto como te crees que eres. Hasta una putilla te da por el culo".

Strap On

Muchas de las fantasías eróticas de los puteros suelen resolverse o hacerse realidad mediante la ejecución de un juego de rol. El enfermo que se cepilla a la enfermera, el butanero que se empotra al ama de casa, el alumno que se folla a la profesora sobre el pupitre, el policía que se deja sobornar mediante una improvisada y casi violenta sesión de sexo por la chica a la que ha puesto una multa por exceso de velocidad, el director de casting de película porno que se vale de su poder de decisión para beneficiarse oral, vaginal y analmente a la aspirante a pornostar... las posibilidades son muchas.

Una de las más comunes de entre las fantasías eróticas de los clientes de la prostitución es, sin duda, aquélla en la que el cliente en cuestión se pone muy cachondo al ver a la callgirl que ha contratado vestida de estudiante de uno de esos coles privados que impone el uniforme a las niñas de buena familia. La blusita blanca y la faldita de cuadros en un cuerpo de veinteañera cañón no falla nunca: es gasolina pura para los puteros más prototípicamente pervertidos. Los pone a cien. Al follarse a una escort vestida de esa guisa, el putero sueña con estar follándose a una inocente lolita, una chica casi adolescente que está ansiosa por descubrir los placeres del sexo en brazos de un hombre experimentando y perversamente sucio. A las escorts que ofrecen entre sus servicios los disfraces y los juegos de rol no les falta en su guardarropa un uniforme de estudiante.

Otra de las fantasías que algunos clientes de callgirls sueñan con hacer realidad con sus chicas es que éstas se conviertan para ellos en una especie de madres que los amamante y cuide. Aquí, la fantasía se entrecruza, como en muchos casos sucede, con el fetichismo, y el cliente de la prostitución tiende a verse como una especie de bebé. A veces se limitan a mamar los pechos de la chica de compañía, que adopta el rol de una madona lactante. En otras, incluso, los clientes solicitan poder llevar pañales y que la chica a la que han contratado se los cambie. Este fetichismo tiene nombre: anaclitismo. En cierto modo, lo que el cliente de una prostituta de lujo está pidiendo al pedir esto es regresar, simbólicamente, a la infancia.

Escorts para fantasías sexuales

Muchos puteros solicitan a sus escorts simplemente aquello que, dicho a las claras, no pueden disfrutar en su casa. Hay hombres a los que les pone mucho el follarse por el culo a una mujer. Muchos de esos hombres, casados o mantiendo una relación estable de pareja, se encuentran con que su chica se niega a concederles ese placer. Para unas mujeres, el ser penetradas por el culo es un tabú. Para otras, algo sucio. Para algunas que lo han intentado hacer sin seguir una serie de consejos básicos que hay que tener siempre en cuenta cuando se practica sexo anal, algo doloroso.

Muchas de las parejas de esas mujeres que se muetran reacias a practicar el sexo anal acaban convirtiendo muchas veces esa práctica sexual en algo así como una cuenta pendiente. Y la mejor manera que encuentran para saldar dicha cuenta es contratando a una escort que ofrezca ese servicio. Por eso el griego es siempre un gran enganche en los anuncios de prostitución: porque hay muchos hombres para quien el sexo anal activo es algo muy pero que muy atractivo.

Otro de los servicios más valorados por los clientes y, por tanto, algo que forma parte del listado de cosas que los clientes suelen pedir a una escort, es el sexo oral natural. O sea: que se la mamen a pelo. Sin condones ni hostias. Que la lengua de la putita que ese cliente haya contratado roce la piel de su polla y no un trozo de látex. Muchos hombres valoran eso. Y valoran mucho más que la chica contratada reciba toda la lechada en la boca. Esto, para hombres emparejados con mujeres que en la vida se meterían una polla en la boca, es muy importante.

Éstas que hemos recogido aquí serían, seguramente, algunas de las prácticas más solicitadas por los clientes de la prostitución a sus putas. Pero no serían las únicas. Los fetichistas del pie, por ejemplo, casi se correrían de placer lamiendo el pie de su escort o sintiendo cómo su escort lame los suyos. Los amantes de la urolagnia o lluvia dorada, en su caso, suplicarían a su señorita de compañía de lujo que dejara de ser elegante por unos momentos para mearles encima. Y si nos adentramos en el territorio de los fetichismos, el listado puede no tener fin. Hay hombres que se excitan lamiendo un sobaco. Y hombres a los que les pone embadurnarse de mierda. El ser humano es muy complejo y el mundo de la fantasía no tiene límites.

Sexo anal

Como hemos indicado al inicio de este artículo, las fantasías de los puteros pueden ser muchas. La sexualidad y la forma de vivir dicha sexualidad es muy variada. Seguramente, cada persona tiene una forma intransferible de sentirla y de soñarla. Las mejores profesionales del ramo del acompañamiento erótico saben ponerse en la piel de su cliente y tienen el oficio suficiente como hacer realidad dichas fantasías. Pero no hay que perder nunca de vista una norma capital: y es que, por excitante que para un cliente sea su fantasía sexual y por urgente que pueda parecer para él el hacerla realidad, dicho cliente debe tener siempre presente que la escort con la que se ha citado no está obligada en ningún momento a hacer nada, absolutamente nada, que no desee realizar. La libertad sexual de cada persona, también de la escort en el ejercicio de su oficio, está por encima de todo.

Para no llamarse a engaño y no crearse falsas expectativas sobre lo que una trabajadora sexual puede ofrecerle, el putero debe atender a una máxima: lo que las escorts están dispuestas a realizar en el ejercicio de su trabajo viene recogido en su listado de servicios. Ni más ni menos.