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Internet nos ha cambiado la vida a todos. También a los clientes de la prostitución. Desde hace ya algunos años, para contactar con una profesional del placer no es necesario echar un vistazo a las páginas de contactos de los diarios (de hecho, esos anuncios ya ni existen) ni se tiene que acudir sí o sí a un puticlub o a una agencia de escorts para tener una cita sexual. Los directorios online de anuncios de prostitutas nos permiten acceder a un amplísimo catálogo de anuncios de lumis independientes que, o bien pueden recibirnos en sus apartamentos, o bien pueden desplazarse a habitaciones por horas, hoteles o, en ocasiones, nuestros propios domicilios. Dichos directorios, además, poseen una gama de filtros que permiten a sus usuarios localizar de una forma rápida y sencilla a la chica que mejor se adapta a sus gustos.
En España son muchas las páginas webs de anuncios de prostitución. En los últimos años, hay algunas de ellas que han adquirido una relevante popularidad. Podríamos citar, entre ellas, plataformas como Nuevoloquo, Mileróticos, Slumi o Pasion.com. Esta última, además de ser muy popular y de haberse convertido en toda una referencia en el sector tanto por su amplia gama de categorías de búsqueda (se pueden encontrar en ella anuncios de prostitutas, de chaperos, de transexuales, de parejas liberales, de lesbianas, etc.) como por su excelente sistema de filtrado, ha adquirido en los últimos meses una relevancia especial por haber servido de cebo a un grupo de delincuentes especializados en la realización de chantajes sexuales.
Gracias a una serie de denuncias, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tuvieron conocimiento de la existencia de grupo de personas que, sirviéndose de la inserción de anuncios falsos en la web de contactos sexuales Pasion.com, se habían dedicado a extorsionar a alrededor de unos 4.00 usuarios de la mencionada plataforma sirviéndose de un método muy sencillo: una vez publicados los falsos anuncios de prostitutas en Pasion.com, los delincuentes esperaban que los usuarios de la página contactaran con las chicas anunciadas en dichos "anuncios cebo" para, una vez obtenido el número de teléfono de dichos usuarios, utilizarlos para realizar la sextorsión.
Las víctimas de este chantaje sexual podían recibir dos tipos de amenaza tanto a través del WhatsApp como mediante llamada telefónica. A unas se las amedrentaba diciéndoles que, si no pagaban la cantidad reclamada, se informaría a sus familias de su condición de puteros. A otras se las amenazaba físicamente. En ocasiones, ambas amenazas iban combinadas.
Una de las caraterísticas principales del modus operandi de estos chantajistas sexuales es que el pago de la cantidad solicitada por parte de sus víctimas no servía para poner fin a la extorsión. Ésta continuaba con nuevas solicitudes de dinero. Fue este motivo, el verse atrapados en una espiral de chantajes que parecía no tener fin, lo que hizo que algunas víctimas de esta campaña de sextorsión masiva decidieran poner su situación en conocimiento de los cuerpos policiales.
El hecho de que estas denuncias puntuales llegaran a ser conocidas por la sociedad gracias a la tarea de diversos portales de noticias españoles como lavanguardia.com, elconfidencial.com, el pais.com, el mundo.es o heraldo.es, entre otros, facilitó que otras víctimas de extorsión sexual decidieran, también, denunciar su caso.
Gracias a este goteo de denuncias y a las investigaciones realizadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil, se pudo saber de la existencia de diversos grupos de chantajistas que, en cierto modo, estaban relacionados entre ellos. Los cuerpos policiales descubrieron que los chantajes se realizaban en puntos muy variados del país (las primeras denuncias fueron hechas en Teruel y en Palencia) pero el centro neurálgico de la trama se hallaba en un lugar muy concreto: Valencia. Era desde la ciudad levantina donde los chantajistas operaban y era también en ella donde vivían las "mulas", es decir, aquéllas personas que habían prestado su nombre para figurar como titulares de las cuentas en las que las víctimas de la sextorsión debían ingresar las cantidades reclamadas. Estas personas provenían todas ellas del mundo de la indigencia y vivían en un barrio muy concreto de Valencia.
Poco después de conocerse la existencia de los mencionados grupos de extorsionadores sexuales, los principales diarios y medios de comunicación digitiales informaron de la aparición de un nuevo caso de chantaje erótico. En esta ocasión, los delincuentes empleaban un método de extorsión muy similar. Como en el caso anteriormente citado, estos nuevos ciberchantajistas utilizaban como cebos anuncios falsos de prostitutas publicados en alguna web de citas.
Una vez la potencial víctima se ponía en contacto con la pretendida chica del anuncio, los extorsionadores utilizaban el conocimiento del número de teléfono de aquélla para realizar sus amenazas. En este caso, los chantajistas se hacían pasar por sicarios empleados por proxenetas que habían decidido ajustar las cuentas a aquellos clientes que, supuestamente, se habían dedicado a molestar a sus "chicas". Las amenazas proferidas por los delincuentes iban acompañadas, en este caso, por imágenes en las que aparecían personas encapuchadas y armadas con armas de fuego. Los chantajistas también hacían creer a sus víctimas que sus familias estaban siendo vigiladas.
Las investigaciones policiales relativas a este caso, que afectó a 22 víctimas, hizo posible, en septiembre del año pasado, la detención de cuatro personas (dos en Granada, otra en Marbella y una más en Valencia) como culpables de un delito de chantaje sexual.
La publicación de todos estos casos en los más variados medios de comunicación ha puesto sobreaviso a los usuarios de las páginas de anuncios online de prostitutas. Muchos de ellos se preguntan ahora si es seguro navegar por estas páginas y, sobre todo, contactar con las lumis que se anuncian en ellos. El que incluso personajes famosos como futbolistas en activo o retirados se hayan visto afectados por el mencionado caso de sextorsión a partir de los anuncios de una plataforma tan popular como Pasion.com ha provocado que muchos clientes de la prostitución desconfíen un tanto de páginas de este estilo.
Sin duda, noticias como las comentadas en este texto no le hacen ningún favor al sector. Aunque, ciertamente, deben ser tomadas más como excepción que como regla. Después de todo, son muchos los puteros que cada día utilizan estas plataformas para citarse con sus lumis y sus experiencias, al menos por lo que muchos de ellos comentan en los foros, son completamente satisfactorias.
Eso sí: también hay que valorar hasta qué punto todas las webs de contacto son igual de fiables. Y es que no todas ellas aplican los mismos controles como hacemos en GirlsBCN a la hora de decidir qué anuncios se publican y qué anuncios no. No es lo mismo que la anunciante tenga plena libertad a la hora de publicar su anuncio en una web determinada a que tenga que pasar un filtro de control personal. Sin este filtro de control, la publicación de anuncios falsos es muchísimo más probable. La carencia de dicho filtro hace posible, por ejemplo, que una anunciante publique distintos perfiles en un mismo directorio de anuncios. O que publique fotos no reales, fotos que no son de ella. En muchos casos, quienes actúan así lo hacen para atraerse más clientes. Por eso ponen fotos de otras chicas más guapas o sexys que ellas. En algunos otros, sin embargo, esos anuncios falsos son, como hemos visto anteriormente, el cebo para atraer a potenciales víctimas de sextorsión.
La existencia de un control personal de los anuncios se revela, pues, como algo esencial no solo para dar calidad a una web y distinguirla de las que compiten en este sector, sino también para garantizar la seguridad de sus usuarios, para que éstos puedan contactar con cualquier chica anunciada en ella sabiendo que la chica con la que se citará será justo la que aparece en el anuncio y no otra y que su aspecto, en verdad, no diferirá físicamente en exceso del que muestra en las fotos.
En ese sentido, la tarea del profesional encargado de realizar el control de los anuncios que se desean publicar y de las fotos de contienen dichos anuncios se revela como una tarea fundamental. Él, como profesional, es el garante de esa seguridad que los clientes de la prostitución esperan cuando utilizan una web de contactos eróticos. Gracias a él, la posibilidad de convertirse en víctima de chantaje o extorsión sexual es mucho menor.
